En una acción aplaudida por quienes exigen responsabilidades, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EE. UU. (ICE) arrestó hoy a Mohsen Mahdawi. Mahdawi era el copresidente radical de la Unión de Estudiantes Palestinos de la Universidad de Columbia, durante su entrevista para obtener la ciudadanía estadounidense.
Mahdawi ahora enfrenta la deportación a Judea y Samaria, o lo que él llama “Cisjordania”, lo que pone fin a su campaña de extremismo universitario, llevada a cabo al amparo de una visa estadounidense.
Mahdawi saltó a la fama como uno de los principales instigadores de las protestas antiisraelíes en Columbia, descritas por muchos estudiantes judíos como intimidantes, amenazantes y abiertamente antisemitas. Era un aliado cercano de su compañero agitador Mahmoud Khalil, otro activista pro-Hamás que fue detenido recientemente por el ICE por considerarlo una amenaza para la seguridad nacional. Era frecuente verlos juntos organizando manifestaciones y difundiendo propaganda que supuestamente glorificaba a Hamás.
Tras el arresto de Khalil, Mahdawi presuntamente se ocultó e incluso suplicó a las autoridades de la Universidad de Columbia que lo protegieran de las fuerzas del orden. La universidad se negó. El lunes, agentes federales lo detuvieron.
En su aparición en el episodio 12 de la temporada 56 de 60 Minutes, Mahdawi admitió que se emocionó al ver imágenes de terroristas de Hamás irrumpiendo en hogares israelíes, asesinando civiles y secuestrando rehenes durante la masacre del 7 de octubre. En lugar de expresar horror por las atrocidades, afirmó que su preocupación no eran las víctimas inocentes, sino la posibilidad de que Israel se vengara, una clara indicación de que consideraba que el problema era la respuesta militar defensiva, no el ataque terrorista en sí, informó Jewish Breaking News.
Para muchos, sus declaraciones confirmaron las sospechas de que Mahdawi no era un activista estudiantil pacífico, sino un descarado apologista del terrorismo.
Legisladores progresistas como el senador Bernie Sanders salieron en su defensa, calificando el arresto de “inmoral”. Sin embargo, muchos estadounidenses lo consideran una postura largamente esperada contra el odio en el campus.
“Estados Unidos no es un refugio para quienes celebran el terrorismo”, declaró Marco Rubio. “Si alaban la masacre de civiles y temen a la justicia más que al terrorismo en sí, no tienen cabida aquí, y mucho menos el derecho a obtener una visa de estudiante o a convertirse en ciudadanos”.