X se ha convertido en la plataforma predilecta para difundir contenido antisemita, según concluye un nuevo estudio tras rastrear un año de discursos de odio que los moderadores de la plataforma ignoraron en gran medida.

Una investigación del Centro para la Lucha contra el Odio Digital y el Consejo Judío de Asuntos Públicos identificó más de 679.000 publicaciones antisemitas en la plataforma entre febrero de 2024 y enero de 2025. Resulta inquietante que solo el 1% de las más vistas incluyera algún tipo de advertencia o verificación de datos generada por el usuario, mientras que el resto llegó a millones de personas sin intervención alguna, según el estudio compartido en exclusiva con CNN.

«Lo cierto es que el antisemitismo ha estado presente en X mucho antes de que se rebautizara así», afirma Imran Ahmed, director ejecutivo del CCDH. «Pero ver que se tolera, se monetiza y se amplifica tan abiertamente resulta impactante».

Los investigadores utilizaron el modelo GPT-4o de OpenAI para analizar las publicaciones, y verificaron personalmente 5000 de ellas para garantizar su precisión. Los hallazgos se dividen en dos categorías: el 59% promovía teorías conspirativas que afirmaban que los judíos controlaban gobiernos, eran de naturaleza satánica, o que negaban el Holocausto. El 41% restante contenía abusos directos dirigidos a los judíos.

Las cuentas que difunden contenido antisemita se lucran con ello. Los influencers con muchos seguidores pagan para tener insignias de verificación, venden suscripciones a su contenido y llegan a millones de usuarios, beneficiándose directamente del discurso de odio.

Los términos de uso de X prohíben explícitamente los ataques basados en la religión, el origen étnico o la raza. También prohíben la negación del Holocausto y el contenido destinado a deshumanizar a grupos de personas. X afirma que cuando las publicaciones infringen estas normas, restringe su alcance o exige a las cuentas que eliminen el contenido antes de volver a publicar.

Hace una semana, Elon Musk atacó duramente a la Liga Antidifamación, al responder a una cuenta que sugería que esa organización considera al cristianismo como extremista. “La ADL odia a los cristianos, por lo tanto, es un grupo de odio”, escribió Musk.

Figuras de derecha se apresuraron a amplificar estas acusaciones difamatorias. La representante Anna Paulina Luna acusó a la ADL de crear una “campaña de odio dirigida contra los cristianos”, mientras que la comentarista de extrema derecha Laura Loomer exigió que el grupo fuera etiquetado como una “organización terrorista doméstica”.

El director ejecutivo de ADL, Jonathan Greenblatt, desestimó las acusaciones, calificándolas de “ofensivas y erróneas”, señalando que cristianos trabajan en su organización y apoyan su misión.

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