El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, aseguró este miércoles que trabaja en una solución para “superar las diferencias sobre el tema del reclutamiento” de los judíos haredíes que ha vuelto a estallar entre el Gobierno y los dos partidos ultraortodoxos (Shas y Judaísmo Unido de la Torá) que forman parte de la coalición y que vuelven a amenazar con retirar su apoyo.
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“Existe una manera de superar las diferencias en el tema del reclutamiento”, recoge un breve comunicado difundido por su Oficina tras el encuentro que mantuvo con el parlamentario del Likud Yuli Edelstein, encargado de tramitar un proyecto de ley para eximir a la mayoría de judíos haredíes del servicio militar obligatorio.
Según señala la nota, Netanayhu mantendrá una segunda reunión mañana, jueves, por la tarde con Edelstein y también con el secretario de Gabinete, Yossi Fox, con el objetivo de “avanzar en esta solución”, de la que no han dado más detalles.
La crisis política estalló la madrugada del miércoles cuando Edelstein en una reunión con representantes de los partidos ultraortodoxos les aseguró que en su proyecto de ley no está contemplando eliminar las sanciones para los que evadan el servicio militar obligatorio.
Tras el enfado de los partidos ultraortodoxos, el líder de la oposición israelí, Yair Lapid, anunció que la semana que viene presentará una propuesta para disolver la Knéset (el Parlamento israelí). El partido Israel Beitenu, liderado por Avigdor Liberman, hizo un anuncio similar.
Según publica el periódico israelí The Times of Israel, ambos partidos está considerando votar a favor de la disolución del parlamento lo que implicaría la convocatoria anticipada de elecciones generales.
Los ultraortodoxos son clave para la estabilidad de la coalición que lidera Netanyahu y ambos llevan semanas bloqueando parte de la actividad legislativa en el país en protesta por la lentitud del Ejecutivo para aprobar el plan de exención militar.
En junio de 2024, tras expirar la disposición temporal que permitía las exenciones (el asunto nunca había sido ratificado por ley), el Tribunal Supremo ordenó al Ejército comenzar a alistar a los ultraortodoxos, lo que obligó al Gobierno a poner en marcha una propuesta de ley para mantener gran parte de las exenciones, aunque también contempla el alistamiento de algunos ultrarreligiosos.
La iniciativa, sin embargo, está bloqueada en el Parlamento desde hace meses, ya que Edelstein, el parlamentario encargado de tramitarla, se niega a contemplar una propuesta que no aumente significativamente el número de personas que puede reclutar el Ejército.