Antes de la Pascua, la Autoridad de Antigüedades de Israel abre su depósito para dar un vistazo a artefactos desenterrados del siglo I de la Era Común.
En una bodega cavernosa donde Israel almacena sus tesoros arqueológicos, una antigua caja funeraria está inscrita con el nombre de Jesús.
No ESE Jesús. Los arqueólogos en Israel dicen que Jesús era un nombre común en Tierra Santa hace 2,000 años, y que ellos han encontrado alrededor de 30 cajas funerarias antiguas inscritas con él.
Antes de la Pascual, la Autoridad de Antigüedades de Israel abrió su inmenso depósito a los reporteros el domingo para echar un vistazo a los artefactos desenterrados de la época de Jesús.
Los expertos dicen que todavía no han encontrado evidencia arqueológica directa de Jesucristo, pero en años recientes han encontrado una gran cantidad de material que ayuda a llenar la comprensión de los historiadores de cómo Jesús puede haber vivido y muerto.
Un osario con una inscripción de letras hebreas formando la palabra “Yeshua”, o Jesús, está guardado en la bodega de la Autoridad de Antigüedades de Israel, en Beit Shemesh.
“Hay buenas noticias”, dijo Gideon Avni, director de la división arqueológica de la Autoridad de Antigüedades de Israel. “Hoy nosotros podemos reconstruir muy precisamente muchos, muchos aspectos de la vida diaria de la época de Cristo”.
Israel es uno de los lugares más excavados en el planeta. Unas 300 excavaciones tienen lugar cada año, incluyendo alrededor de 50 expediciones extranjeras de tan lejos como de Estados Unidos y Japón, dijo la Autoridad de Antigüedades.
Alrededor de 40,000 artefactos se desentierran en Israel cada año. Un tercio de todas las antigüedades encontradas atestiguan la antigua presencia cristiana en Tierra Santa, dijo Avni.
Los historiadores ahora saben cuánto tiempo tomaba viajar entre las ciudades y pueblos donde Jesús predicó, y cómo lucían esos lugares en esa época.
Avni dijo que el conocimiento del período ha avanzado a través de los últimos 20 años. “Nosotros podemos reconstruir con precisión como se veía el país”, dijo él.
En una bodega brillantemente iluminada de 5,000 metros cuadrados llena de pilas de jarras y fragmentos de cerámica antiguos -lo que la Autoridad de Antigüedades llama su “cueva de Alí Baba” de tesoros antiguos -los funcionarios instalaron una sencilla mesa blanca con hallazgos de la época de Jesús.
Había copas de beber y platos de piedra caliza bien preservados, ampliamente usado por los judíos en Tierra Santa en la época como parte de su práctica estricta para asegurar la pureza ritual de su comida.
Había una caja funeraria de piedra caliza decorada intrincadamente perteneciente a un descendiente del sumo sacerdote Caifás, conocido en el Nuevo Testamento por su involucración en entregar a Jesús a las autoridades romanas que los crucificaron.
En los tiempos antiguos, las familias reunían los huesos de los fallecidos y los colocaban en cajas conocidas como osarios.
Ellos también mostraron una réplica de un importante artefacto localizado en el Museo de Israel en Jerusalem -un hueso del talón atravesado por un clavo de hierro con fragmentos de madera en cada extremo, descubierto en una caja funeraria judía en el norte de Jerusalem datando del siglo I de la Era Común. Hasta la fecha, es la única evidencia encontrada de una víctima de la crucifixión romana enterrada de acuerdo a la costumbre judía.
Esto ha ayudado a los arqueólogos a reconstruir cómo el hombre fue crucificado -con sus pies clavados a los lados de la cruz. Avni dijo que Jesús puede haber sido crucificado de la misma manera, a diferencia de la forma en que la crucifixión es representada en el arte tradicional cristiano.
Frente a cajas de cartón marcadas como “huesos” de Betsaida del Nuevo Testamento, un enorme bloque de piedra se asentaba sobre una caja de madera en el suelo de la bodega. La piedra contiene aparentemente una representación tallada del Segundo Templo Judío, y fue descubierta en el 2009 en el sitio de una antigua sinagoga en las orillas del Mar de Galilea. Los arqueólogos han sugerido que Jesús puede haber predicado en la sinagoga.
Avni dijo que no hay razón para creer que Jesús no existió sólo porque los arqueólogos no han encontrado evidencia física de él. “Ustedes tienen que recordar que Cristo fue uno entre más de un millón de personas viviendo durante este tiempo en Tierra Santa”, dijo él.
Yisca Harani, una erudita israelí sobre cristianismo, dijo que la falta de evidencia física de Jesús es un “misterio trivial”.
“Por qué esperamos que en la antigüedad habría alguna evidencia de su existencia?” dijo Harani. “Es la realidad de la vida humana. Son los gobernantes o los militares quienes tenían su recuerdo inscrito en piedra y en artefactos”.
Ella dijo que lo permanece de Jesús “son sus palabras”.