The Dinah Project, una iniciativa legal y social creada tras el ataque de Hamás a Israel el 7 de octubre de 2023. El informe se centra en la búsqueda de justicia y reconocimiento para las víctimas de violencia sexual relacionada con conflictos (CRSV, por sus siglas en inglés) ocurrida durante y después de ese ataque.
¿Dónde están las voces que se alzan contra la violencia sexual en contextos de guerra? ¿Dónde están los movimientos feministas globales cuando las víctimas son mujeres israelíes violadas, mutiladas, desnudadas y asesinadas por terroristas?
El recién publicado informe del Proyecto Dinah, elaborado por expertas legales, académicas y activistas, documenta en más de 80 páginas lo que muchos se han negado a ver: la violencia sexual del 7 de octubre fue sistemática, planificada y usada como táctica de guerra por Hamás. No solo durante el ataque, sino también en los días, semanas y meses de cautiverio, donde mujeres y hombres fueron desnudados, humillados, golpeados y amenazados con matrimonio forzado, una forma de violación institucionalizada.
No fue una excepción. Fue una estrategia.
Y sin embargo, el silencio ha sido ensordecedor. Los mismos colectivos que con razón alzaron la voz por las mujeres yazidíes, por las víctimas de Boko Haram o por las mujeres ucranianas violadas por soldados rusos, hoy guardan silencio o, peor aún, justifican o relativizan lo ocurrido.
¿Por qué?
¿Es porque las víctimas eran israelíes? ¿Judías? ¿Porque aceptar estos crímenes obliga a mirar el conflicto desde una perspectiva más compleja que el discurso polarizado habitual?
Este informe —rigurosamente documentado, legalmente impecable y éticamente incuestionable— desmonta cualquier excusa. Propone un nuevo modelo probatorio para los crímenes sexuales en guerra, precisamente porque muchas víctimas ya no están para contar lo que vivieron.
Y es ahí donde radica la urgencia: si el feminismo es selectivo, no es justicia. Es ideología.
No hay causa justa que se construya sobre el cuerpo violado de una mujer silenciada.
Este es un llamado a todas las personas defensoras de derechos humanos, a todos los medios, a todas las voces: hablen. Lean el informe. Miren de frente. Porque si callamos hoy, abrimos la puerta a que esto vuelva a ocurrir mañana.
Hallazgos principales
1. Violencia sexual sistemática y planificada
Cometida en al menos seis ubicaciones (festival Nova, bases y kibutzim), con patrones que incluyeron:
Violaciones grupales y ejecuciones.
Mutilación genital.
Exhibición pública de cuerpos desnudos.
Violencia contra cadáveres.
2. Abusos continuados durante el cautiverio
Testimonios de 15 rehenes liberados.
Desnudez forzada, humillación, agresiones físicas y verbales.
Amenazas de “matrimonio forzado”, considerado violación encubierta.
Modelo probatorio innovador
Para suplir la falta de testimonios directos (por asesinato o trauma extremo), se propone un modelo que admite:
Testigos presenciales y “testigos auditivos” (que oyeron los ataques).
Declaraciones en tiempo real (“res gestae”).
Evidencia forense, audiovisual y circunstancial.
Testimonios de primeros respondedores y personal médico.
Marco legal propuesto
Clasificación de estos hechos como crímenes de lesa humanidad según el Estatuto de Roma.
Aplicación del principio de responsabilidad penal conjunta en ataques masivos.
Reconocimiento del daño colectivo a las comunidades, no solo a víctimas individuales.
Petición para que Hamás sea incluido en la “lista negra” del Secretario General de la ONU como grupo que usa la violencia sexual como táctica de guerra.
Recomendaciones
Establecer unidades especializadas para investigar y juzgar CRSV.
Evitar estrategias legales que fragmenten los hechos o exijan pruebas imposibles en contextos de guerra.
Asegurar la preservación de la memoria histórica y la rendición de cuentas colectiva.